

¿POR QUÉ NO LOGRO
PERDER PESO?
Son muchas las personas que, cómo tú, quieren perder peso y sentirse más a gusto con su cuerpo, pero son muy pocas las que lo consiguen y, los que lo hacen, no logran mantener el cambio en el tiempo porque no saben cómo hacerlo sin sufrir.
Y, ¿por qué es tan difícil perder peso?
1. Evolutivamente te generas mucha presión por ser aceptado/a. Somos seres sociales y queremos sentirnos aceptados por los demás (gustar) por puro instinto de supervivencia. Si me miro al espejo y lo que veo no me gusta, porque creo que no voy a gustar a nadie, eso va a generarme estrés y frustración.
2. Te bombardean cada día con mensajes subliminales que te dicen cómo debería de ser un cuerpo «perfecto». Cuando abres cualquier red social, todo son cuerpos «perfectos», super tonificados y sin un gramo de grasa de personas supuestamente felices y exitosas y esto, sumado a nuestro instinto de ser aceptados, hace que las expectativas que tenemos del cuerpo que deberíamos habitar para ser felices y vivir en paz sean muy altas.
3. Tu cuerpo está entrenado para sobrevivir, no para perder peso. Hace miles de años costaba mucho sobrevivir y el cuerpo se adaptó para que la especie pudiese procrear. Ahora que la sociedad ha avanzado tanto y que tenemos siempre comida en la nevera y no tenemos que movernos para casi nada (ni cazar, ni recolectar), es muy difícil perder peso porque el cuerpo sigue queriendo que no nos extingamos.
4. Te has cansado de probar métodos que no funcionan. Multitud de empresas y «profesionales» de la salud han comprendido tu problema y han creado miles de soluciones que te prometen perder peso rápido y sin esfuerzo (batidos, dietas, suplementos quemagrasas, etc.) que lo único que consiguen es que pierdas tu tiempo, tu dinero y lo más importante, la confianza en que eres capaz de lograrlo.
5. No te estás priorizando. Todas las responsabilidades que has ido adquiriendo con el tiempo (trabajo, hijos, etc.) han hecho que tú quedes en un segundo lugar y te «abandones».
Todo esto termina contigo frustrado con tu cuerpo y sintiendo que no puedes hacer nada para cambiarlo, porque no te sientes capaz, no tienes tiempo o no sabes cuál es la mejor forma de hacerlo.
Si eres «cabezón» quizás pierdas un poco de peso con mucho esfuerzo y sufrimiento, pero como es imposible mantener para siempre algo tan estricto, terminas por dejarlo y recuperar el peso perdido (efecto rebote).
Al final, te decides por no hacer nada, seguir frustrado y postergar el hecho de empezar a entrenar y a comer mejor porque no te vale la pena perder peso si vas a tener que sufrir mucho.
¿Y QUÉ PASA SI DECIDO
NO HACER NADA?
Además de no estar a gusto con tu cuerpo, por la presión social que recibes y de la culpabilidad que sientes por no ser capaz de ser como crees que deberías ser, si no haces nada al respecto tienes que sumar a la ecuación los siguientes problemas añadidos:
1. Te seguirás sintiendo sin energía y con ganas de poco en tu día a día porque tu cuerpo no está activo y porque tu estado anímico es bajo.
2. Seguirás aumentando de peso año tras año, a una media de 1-3kg extra después de cada verano y de cada Navidad que, dado que tu cuerpo ya «está hecho un desastre, ¿Qué más da? Voy a disfrutar de la vida y ya se ocupará mi yo del futuro de arreglarlo.»
3. Aumentarás tus probabilidades de sufrir una enfermedad y de no poder arreglártelas tú solo en la vejez. Con estrés continuo, sin movimiento y sin alimentos saludables, en unos 10-20 años estarás dependiendo de pastillas para poder seguir vivo y no podrás hacer nada sin dolores o sin la ayuda de algún familiar o cuidador especializado.
4. Tendrás dolores crónicos en el cuerpo que te limitarán durante tu día a día y para los cuáles lo único que podrás hacer es tomar pastillas calmantes o antiinflamatorias o tener que ir cada semana al fisio para poder vivir sin molestias (con el coste extra que eso supone).
5. Te sentirás cada día más atrofiado y «oxidado», y no podrás disfrutar de las actividades de tu día a día con total libertad (jugar con tus hijos, dar un paseo, hacer una ruta por la montaña, etc.).
6. Si tienes hijos, ellos seguirán tu ejemplo y terminarán haciendo lo que tú haces, poniendo en riesgo su salud y su bienestar.
En definitiva, por culpa de esa presión por cambiar tu cuerpo, te decides con desesperación por las soluciones «radicales» que se suelen proponer y, al no poder sostenerlas en el tiempo, estás dejando de moverte y de comer mejor, con todos los problemas que eso conlleva para tu salud a corto y largo plazo.
¿ENTONCES, QUÉ CREES
QUE DEBO HACER?
Pues a pesar de lo que seguramente estás pensando, la solución es algo sencillo y pasa por observar tu situación actual (tus hábitos, tu horario de trabajo, tus obligaciones y tus gustos) e incorporar poco a poco a tu vida los hábitos de salud que necesita el cuerpo para estar en equilibrio, que son:
1. Moverte más (hacer más pasos al día de los que vienes haciendo).
2. Entrenar con pesas un par de días por semana para que tus músculos crezcan, tu grasa se reduzca y ganes agilidad en tu día a día.
3. Aprender a comer priorizando la comida real frente a la ultraprocesada y comiendo más verde y más proteína para mejorar tu salud y la de tu intestino y para que pierdas peso sin pasar hambre.
4. Aprender a gestionar el estrés y la ansiedad sabiendo observar y gestionar mejor tus emociones y modificando tu entorno para facilitarte alcanzar tus objetivos. Mejorar tu descanso y aumentar el contacto con la naturaleza y con otras personas te permitirá mantener tu energía siempre elevada y calmada.
Y para esto, no necesitas una fuerza de voluntad de acero ni una disciplina militar. Solamente necesitas un plan adaptado a ti que te lleve desde donde estás, hasta dónde quieres llegar.
Y, ¿POR QUÉ DEBERÍA
CREERTE A TI?
En primer lugar, como te digo, seguramente hay más entrenadores y dietistas por ahí que vendan formas rápidas de llegar al lugar que quieres, pero yo soy el único que será honesto contigo:
«Conseguir lo que quieres requiere de al menos 3 meses y de cierta implicación por tu parte. Nadie puede entrenar ni comer por ti. No existen las fórmulas secretas para conseguirlo. Necesitas decisión, constancia y determinación. Las acciones correctas repetidas en el tiempo, con paciencia, te llevarán donde quieres.»
En segundo lugar, porque yo lo logré en mi caso (échale un vistazo a mi historia si te apetece saber más) y porque lo estoy logrando ya con muchas personas. No me creas a mí, créelas a ellas:








¿Y CÓMO PUEDO LOGRAR ESO
YO TAMBIÉN?
Si lo que has leído tiene sentido para ti, te ves reflejado/a en las personas que ya lo han conseguido antes que tú y tienes la decisión tomada, solo me queda contarte cómo vas a lograrlo.
El programa de 3 meses de «Pérdida de peso consciente» te ayudará a perder peso y a sentirte mejor con tu cuerpo para siempre, sin sufrir y sin necesidad de mucha fuerza de voluntad a través del método P.E.R.D.E.R.:
1. PLAN CLARO: Tendrás un plan de acción claro y simple para que no te paralices por no saber qué hacer ante tanta opción disponible ahí fuera:
– Entrenarás 3 días a la semana en un grupo reducido conmigo (hasta 5 personas) con una rutina adaptada a tu nivel.
– Tendrás una estrategia clara desde el primer día sobre cómo empezar a moverte más, cómo mejorar tu descanso, cómo gestionar mejor el estrés y cómo organizar mejor tus comidas del día a día sin necesidad de hacer dieta.
– Revisaremos el plan cada semana para ajustarlo cuando sea necesario para optimizar el avance.
2. ECONOMÍA DE ESFUERZO: Sacaremos el máximo partido de tu situación actual para que logres los máximos resultados tengas el nivel que tengas. Además, ahorrarás tiempo, dinero y preocupaciones, porque tendrás todo en uno (no tendrás que pagar y escuchar las opiniones distintas de un entrenador, un nutricionista y/o un psicólogo o coach que seguramente ni se conocen entre ellos).
3. RITMO ADAPTADO: Nos adaptaremos a tu ritmo de vida en cada momento, sea cual sea (trabajo, hijos, etc.) para que puedas mantener los nuevos hábitos a pesar de las distintas etapas por las que vayas pasando. Adaptaremos el programa y el horario de los entrenamientos a tu vida y no al revés. Es la única manera de que sea sostenible.
4. DISFRUTE GARANTIZADO: Gracias a la adaptación a tu ritmo, nivel y gustos, en ningún momento sufrirás los hábitos nuevos y eso te permitirá hacerlos tuyos y poder mantenerlos para siempre (y también el peso que consigas perder). Ni dietas, ni entrenos duros, ni pasar hambre, ni tener agujetas que te impidan vivir.
5. EMPUJÓN INICIAL: Tendrás a alguien detrás de ti constantemente, alguien a quién tener que rendir cuentas que te sirva de motivación para no abandonar ni dejarlo para más adelante. Te apoyaré y motivaré pase lo que pase, sin juicios, entendiendo que la vida es cambiante y que tenemos que adaptar el plan a cada nueva circunstancia pero tirando de ti todo lo que necesites para cambiar.
6. RESULTADOS ASEGURADOS: Y, lo más importante de todo, este método está creado para que logres resultados y no solo pierdas peso unos meses, si no que los pierdas para siempre. Esta no será «otra de esas veces» que lo intentas, será LA VEZ que lo logras para siempre.
– Para conseguirlo, tendremos mediciones quincenales en las que observaremos tus avances y ajustaremos el plan de acción para que consigamos llegar a los objetivos propuestos a tiempo.
Llegados hasta aquí, solo me falta decirte que, si quieres empezar ya a conseguir tu transformación, me encantaría ayudarte a lograrlo, solo necesito que reserves una llamada conmigo apretando en el botón de abajo para que veamos juntos tu caso y saber qué programa es el ideal para ti.
Pierde peso sin sufrir en 90 días
-
3 sesiones de entreno de 75 min a la semana (en grupo)
-
Organización y creación de un plan de alimentación y de optimización de hábitos adaptado
-
Revisiones semanales-quincenales y reajuste del plan las veces que haga falta
-
Un taller y/o evento mensual en grupo (rutas, desayunos, etc.)