fortaleza mental, paz

Fortaleza mental para cuidar de nuestro cuerpo

Todo cambio externo empieza cuando el interior está ordenado. Aprende cómo hacerlo para conseguir el cuerpo que deseas.

La calidad de nuestras vidas y la salud de nuestro cuerpo, depende en última instancia de la calidad de nuestras acciones, y éstas últimas, son movidas por las emociones. La palabra emoción viene del latín (e-,ex– (de, desde)/ – movere (mover)) que en resumen significa, sacar a uno de su estado habitual. Es por eso que, comprendiendo y dominando las emociones, podemos dominar nuestras acciones también.

¿Y de dónde vienen las emociones? De nuestros pensamientos. De ahí la importancia de comprender y ordenar nuestra mente. Todo empieza en la mente. Si conseguimos ordenar nuestro psiquismo, nuestro entorno cambiará y habremos dado el primer paso hacia aquello que deseemos conseguir.

¿Y qué tiene que ver esto con nuestro cuerpo? Todo. Nuestro cuerpo, aunque sea difícil de comprender, es también parte de nuestro entorno. Si queremos cambiarlo, debemos entender la relación que existe entre él, la mente y las emociones.

Amor propio, autoconfianza y toma de responsabilidad

cuerpo amor propio

El primer requisito indispensable para cambiar nuestro cuerpo es amarlo. No es ninguna frase de la New Age ni es nada hippie, es algo obvio pensar que, si nos miramos con desprecio al espejo y no nos gustamos ni en las fotos, nunca nos trataremos bien.

¿Recordáis lo que he explicado anteriormente sobre la mente, el cuerpo y las emociones? Si en la mente nuestro cuerpo aparece como algo que odiamos, como una cárcel de la que queremos escapar, acabaremos tratándolo mal o descuidándolo, sea consciente o inconscientemente.

El primer paso hacia el cambio entonces es, valorar y aceptar el punto de partida. Sin amor y aceptación hacia nuestro cuerpo, nunca conseguiremos progresar. El amor por nuestro cuerpo nos llevará a tener una mayor autoconfianza y fe en nosotros mismos y este, es el principio de toda evolución: creer que eres capaz de conseguirlo pase lo que pase.

Una vez cambiado el “chip”, empieza el viaje. Pero obviamente esto no termina ahí, al decidir empezar a andar el camino hacia un cuerpo que te permite ser más libre y tener más poder en tu vida, también aparecen las responsabilidades (recuerda la frase de Spider-man: “Todo poder, conlleva una gran responsabilidad”).

La responsabilidad es la capacidad de “responder” pase lo que pase en tu vida. Es aquello que te lleva de la posición de víctima (todo me pasa a mí, mi genética es un desastre, por culpa de no sé quién no consigo lo que me gustaría, etc.) a la de héroe y creador de tu vida.

Durante el proceso de cambio te encontrarás con muchas piedras por el camino, seguro, pero te ayudaré a comprender como superarlas con fuerza de voluntad.

La famosa fuerza de voluntad

cuerpo fuerza de voluntad

Una vez tomada la decisión de ser el responsable y creador consciente de tu vida y de tu cuerpo, empieza el camino de verdad.

¿Qué ocurre entonces? Que nos ponemos a andar y de repente aparece una tentación que nos desvía de nuestro camino o una situación incómoda que queremos evitar. “¿Cómo puede ser si yo tengo claro que quiero comenzar?”

Ocurre que nuestra mente racional es muy consciente y sabe lo que quiere, pero no es muy fuerte y va cabalgando a lomos de una mente emocional, muy impulsiva y con muchísima fuerza (me gusta la metáfora del jinete y el elefante para explicarlo) que decidirá en función de lo que le apetezca en cada momento.

¿Cómo domino la situación entonces? La clave es darle claridad y control al jinete, comprender y saber cómo guiar y enfocar al elefante y escoger bien el camino por el que andar.

La fuerza de voluntad es aquello que nos permitirá tomar decisiones en función de nuestros objetivos a largo plazo (jinete dirigiendo la vida) en vez de ser arrastrados por el elefante que únicamente se interesa por placeres en el corto plazo, en el aquí y ahora.

Lo que pasa es que la fuerza de voluntad necesita entrenamiento, al igual que ocurre con nuestra fuerza física y, si realmente queremos ser los que manejamos nuestras decisiones, debemos tener mayor fortaleza mental.

Dando claridad al jinete

cuerpo dirección

Lo más importante a la hora de empezar a andar hacia algún lugar, es saber hacia dónde queremos ir exactamente. Si nuestro jinete no sabe hacia dónde ir, irá dando tumbos y acabará siendo arrastrado por el elefante. Muchas veces lo que parece falta de fuerza de voluntad, lo que es realmente es falta de claridad acerca de lo que se quiere conseguir.

Lo primero que debes hacer es observar y dejar salir tus deseos más profundos. Sin juzgarlos, sin pensar en si es egoísta o narcisista querer tener un cuerpo más bonito y esbelto, por ejemplo, porque lo que realmente quieres, estará en el fondo de ese deseo (como querer tener más confianza en ti mismo).

Esta será la motivación que te empujará a empezar. Será la llama que encienda el proceso de mejora.

Nota importante: Dado que la motivación y el deseo son una llama que enciende el proceso, debemos tener cuidado con no quemarnos con las ansias de conseguir alcanzar aquello que queremos, o desistiremos por impaciencia y nunca llegaremos a nuestra meta.

Una vez tengas claros los deseos, debes convertirlos en objetivos y meterlos dentro de un plan para poder revisar el progreso y tener unas acciones clave bien claras que te acerquen a tus objetivos. Sin tener esto claro, el elefante perderá el control y acabará decidiendo por ti.

Comprendiendo al elefante y tomando la decisión de cómo actuar ante las tentaciones

cuerpo decisión

Aunque se tenga claro el destino final, como te he comentado antes, siempre va a haber momentos en los que se pierda el control. Para que sepas qué hacer en esos momentos, te voy a explicar cuáles son los factores más influyentes a la hora de que el elefante se descontrole:

1. Magnificación del esfuerzo que se requiere: La mente emocional siempre tiende a hacer una montaña de un granito de arena. Es por eso que te aconsejo que dividas tu objetivo final en pequeños objetivos mensuales, semanales o incluso diarios. Por ejemplo, no pienses en empezar a hacer una dieta restrictiva, piensa mejor en dejar de comer 1 alimento o 2 durante una semana y vas añadiendo cambios poco a poco.

2. Facilidad para caer en la tentación: Dado que, a pesar de tener las cosas claras, puede haber momentos en los que la potencia de la emoción supere a la claridad del propósito, te aconsejo que modeles tu entorno, facilitándote el camino para tomar mejores decisiones (no compres aquello que no te quieras comer, por ejemplo y deja más a la vista aquello que sea más conveniente para ti).

Además, te recomiendo que elijas bien a tu grupo de amistades. Si te juntas con amigos que quedan a pasear en vez de a tomar cervezas, será más fácil para ti cambiar tus hábitos.

Otra clave para ser más fuerte es que, cuanto mejor resistas en el presente, mejor resistirás en el futuro. Todos conocemos la típica frase de “el comer es como el rascar, solo hay que empezar”. Retírate de la tentación lo antes posible, incluso antes de dejarte llevar por ella, espérate 5 o 10 minutos y piensa si de verdad te apetece lo que vas a hacer, o si realmente es un puro capricho.

3. Poca resistencia a la incomodidad: La comodidad excesiva nos está matando, ya no somos capaces de vivir sin la mitad de lo que tenemos. Es por ello que nuestro elefante huirá a la primera de cambio si se siente amenazado por la incomodidad. El primer paso es comprender qué incomodidades nos hacen buscar una tentación para distraernos y hacerlas conscientes para comprenderlas mejor y cambiarlas.

El segundo, es forzarnos a sentirnos un poco incómodos en el momento presente para ser más fuertes y resistentes a la incomodidad en el futuro, pudiendo ser más firmes durante el camino. Ejemplos de estas pequeñas incomodidades controladas son entrenar, exponerse al calor y al frío, hacer ayuno intermitente o levantarse más temprano.

4. Sistema de recompensas: Para poder fijar un comportamiento en nuestras vidas debemos sentir algún tipo de recompensa, sea esta interna o externa. Lo ideal es que fuese interna y el mero hecho de entrenar o comer bien fuesen motor suficiente, pero esto es difícil de conseguir al principio. Por lo tanto, por el momento, te propongo que hagas una lista de aquellas cosas que te gustan y aquellas acciones que te acercan a tus objetivos y que debes hacer, y cada vez que las hagas, te des un capricho con aquellas cosas que te gustan (el impacto del capricho, como comprenderás, debe de ser mínimo en el camino hacia tus objetivos). Además, lleva el registro de tus mejoras para que los cambios te motiven a seguir.

En relación a esto, si piensas que hay acciones que son un castigo (por ejemplo comer bien o entrenar) y otras, un premio (como darse caprichos o tirarse en el sofá a ver Netflix), nunca conseguirás disfrutar el proceso. Puede gustarte más o menos, pero deja de ver esas acciones que te convienen como un castigo; más bien son un regalo que te estás dando para el largo plazo.

5. Falta de flexibilidad en el plan y exceso de autoexigencia: Hay personas que cuando creen que dominan al jinete, en realidad están siendo esclavas del elefante sin darse cuenta. Esto ocurre cuando empezamos a cuidarnos y nos autoculpamos y tenemos remordimientos constantes si nos salimos del plan. Hay que encontrar el equilibrio entre la responsabilidad y el disfrute, si no, nunca avanzaremos de forma saludable y sostenible e incluso, podemos llegar a crearnos trastornos alimenticios o de entrenamiento.

6. Suprimirnos las tentaciones hace que las deseemos más: Existe una premisa universal que dice que cuánto más nos decimos que tenemos que evitar algo, más lo deseamos. Esto ocurre en todas las áreas (relaciones de pareja, alimentación, etc.). Si te enfocas en evitar algo, tu foco de atención estará en ese algo, y lo que vas a hacer es atraerlo y no quitártelo de la mente hasta que finalmente sucumbas a la tentación. Si realmente quieres evitar algo, no pienses en evitarlo, piensa en otra cosa, en el opuesto (en vez de decir no tengo que comer galletas di: “tengo que comer más fruta”).

Te invito a leer mi artículo: Cómo perder peso de forma consciente.

7. Cansancio físico y mental: Cuando estamos con menos energía, aparte de todo el descontrol que habrá en nuestro cuerpo a nivel hormonal, influyendo en nuestro apetito y en nuestra capacidad de elegir, la claridad de nuestras decisiones se verá emborronada. Descansa y vuelve a intentarlo o haz lo mínimo que puedas de cara a tus propósitos ese día (mejor entrenar 10 minutos o hacer un entreno más ligero que no entrenar, por ejemplo).

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